El amor te hace débil,
porque al enamorarte muestras todas tus flaquezas,
porque confías realmente en esa persona, porque quizás piensas que esta vez sí funcionará.
Pero fracasas y te das cuenta que el dolor te hace más fuerte,
que tus lagrimas regadas en el suelo han sido en vano,
piensas ya no volver a enamorarte, pero lo haces,
y te das cuenta que eres adicto al amor, mejor dicho, eres adicto al dolor
y buscas nuevos horizontes, deseando que sea la última vez, que vuelves a llorar por alguien.