Por grandes ganas de verte,
no ceja de ser esculpida,
el ansia en mi corazón.
Dime si existe razón
mayor que el amar en vida,
que me aproxima a quererte,
y entona beldad perdida.
Amar temprano,
amar despacio,
amar sin tiempo.
Hoy me place confesarte,
la razón que me conduce,
osando, a ti visitarte:
mi vida en tus ojos luce,
mas si fueras lejanía,
mi mundo es sombra baldía,
ajada; del resto aparte.
Porque eres luz...
yo soy un árbol
próximo al cielo.
Descorre ya tu cortina,
pierdase el miedo, el temer,
quiereme bien conceder,
ese agua, que repentina,
encauza el tacto de besos,
y quita del tallo espina
subido al mirar travieso.
Me rindo al canto,
de amar con gestos
jamás esquivos.
Ya suene esta voz confiada
¡pues creo en mis sentimientos!
Cierto es, no cabe cruzada
sujeta con pensamientos,
comparable a la emoción,
que entrega sorber los vientos,
rociados de inspiración.
Te posas musa,
acercas pasto
y abres el día.
Tocar tu respiración,
desterrar la indiferencia.
La que impide acercarse
para llegar a palparse:
bonanza de transparencia,
que al caído torreón,
le mima hasta verle alzarse.
318-omu G.S. (BCN-2012)