Se pierde la magia, a dos pasos de saber, tan lejos.
Buscando paz, declarando nada más que la guerra subimos.
Preguntamos al tiempo cuánto cuesta olvidar el dolor
y borrar las huellas y el brillo que relucen en su seno.
Desbarrancamos el sueño en otra vuelta, y cae arena.
Volvemos a mirarnos y el viento juega otro papel.
Desdoblamos la apuesta esta vez (mínimo empeño),
volvemos a mirarnos y todo cabe en su velo.
El miedo espera y muerde cenizas en rincones.
Agazapado tan sólo espera su oportunidad.
Estamos vivos y lo entendemos a duras penas,
entre dilemas, tropezones y cruces de sal.
Desde otro horizonte asoman soles ajenos
desvirtuando los esquemas y las predicciones.
Vuelan libremente en otro tiempo presente,
se hacen conocer, y su brillo yace ya muy lejos...