Era una tarde serena
en la que plàcidamente yo me encontraba
fijando mi mirada hacia el horizonte
que con su bella luz tornasolada
iluminaba las aguas de aquel rìo
en las que como espejos transparentes reflejaban
los movimientos de las alas extendidas
de las lindas aves que en el cielo volaban.
Yo; cerrè mis ojos y pude imaginar como serìa
si de pronto un dìa llegara a mi vida
la magia de un amor puro y sincero
y la alegrìa de sentirme querida
y entonces yo pedì con ansias infinitas
que esas tranquilas aves que volaban
encontraran en algun lugar lejano
una alma solitaria
que como yo deseara que el amor
a su vida al fin llegara.
Pero el tiempo es muy cruel, y aquì estoy sola
esperando el cariño que a mi vida no llegò
y mirando fijamente al lejano horizonte
que ahora de negras nubes se cubriò
y en donde ya no veo volar a las aves
y ya no buscaràn por el mundo al ser que espero yo
para quererle siempre y mi alma entregarle
pues la esperanza de amar en mì ya se durmiò.