A ti señor de señores,
conmovedor de corazones,
esperanza de pecadores,
consuelo de desiluciones.
No te bastó con salvarme,
no darme una nueva vida,
pues tan solo con mirarme,
me sanaste las heridas.
Fuiste maltratado y humillado,
sin que pusieras ningún pero,
vendido como un esclavo,
como cordero al matadero.
Contado fuiste entre los pecadores,
entre la gente de muchos vicios,
tú corrregiste esos errores,
dando tu vida como sacrificio.
¡Cuánto amor por mí señor!
con tu sangre lo demostraste,
venciste todo el dolor
de los clavos que soportaste,
gritaste, no por temor:
¿porqué me abandonaste?
Pero luego al tercer dia,
de los muertos te levantaste,
se cumplia la profecia,
que a tu pueblo anticipaste.
Volviste donde tu padre con
un futuro regreso,
tengo que prepararme
si quiero lograr ver eso,
a mi hermano perdonarle,
por todo lo que me ha hecho.
Aquí me tienes padre eterno,
dándote gracias por la vida,
esperando estoy por tu reyno,
esperando ya tu venida.
Gracias te doy por salvarme,
por librarme ya del pecado,
tu demostraste amarme,
como nadie me ha amado.
Ayúdame a no perderme,
a no caer en tentación,
en mis hermanos quiero verme,
para alcalzar tu salvación.
DAVID GARCIA (De Rey de reyes)