"... but he would have us remember most of all
to be enthusiastic over the night..."
W.H. Auden, "In memory of Sigmund Freud", 1939
Una nalgada, de súbito, despide a las estrellas.
Separa a la luz, nuestra presencia de la luz.
Maliciosamente descubre el rubí rosa
que la noche despierta en tu boca cortesana.
De cualquier color, con donaire se desliza
y embosca mis dedos un chorro de cabello hembra.
Negociar un acto completo, con encantos y complicaciones,
mientras me hago mirada y susurro
del vestido extendido que viste tu espejismo.
Me pregunto si cabe en el azar, de seguro cabe en ti.
Ha llegado un clamor de ahondar y ser bebida,
arrastrar cuatro pies en cuatro paredes
por tu pasado forjado en arena y mundo.
O en ausencia de mundo, el diurno.
Se me da hablar de disponer y abandonarme
cuando miro en tu garganta un halo inmerecido.
Soy libre, nada me ocupa. Puedo mostrar
entusiasmo hacia la noche, porque la noche es tuya
y de tu presencia y concurso.
Has sido barrera una vez absurda, ya no eres.
Tu freno tan largo de paciencia, ya no mas.
Muchos ojos sobre ti hubo, todos abiertos.
Esta noche hay dos depilándote.
Soy el nuevo filo de la luna.