La noche ha llegado a mi corazón
y no volverá el amanecer.
Con tu partida te llevaste
mi jardín repleto de ilusiones.
Fuiste presa de un hábil cazador
En su trampa te envolvió
Y de mis brazos te arranco.
Te escondí en el fondo de mi ser
para que ella nunca te hallara.
Pero un día fatal de febrero
decidiste escapar de mí.
Finalmente en tu huida
la muerte te pudo atrapar
y ahora un viejo mensajero,
el viento,
susurra tu triste adiós.
El viento susurra una vez más
que te marchaste para nunca volver.
Mi corazón desconcertado
busca tus ojos y tus manos.
Tenía tanto que decirte,
y aun más que agradecerte
pero te has ido querido abuelo
como un ave que emprende vuelo.
Perdona, si inconsciente
un te amo nunca te dije,
jamás pensé que tú te irías.