I
Las palabras del viento
Gritadas a oídos del silencio,
En ese absurdo mar de egocentrismos
De falacias y demagogias
De ingenuos sueños de heroísmo.
Despacio y si vacilar
rompieron los tímpanos del silencio.
II
Bastaba detenerse un momento ante el silencio,
Para entender su prepotente dicha
Por la ausencia de ruido en el viento,
Era el estado ideal que siempre había soñado,
La calma que esperaba nunca perder,
Mas ese no era el interés del viento,
El silencio descuido el fuego tras el viento.
III
Paciente, con la firme convicción de su fuego
El viento se mantuvo ante el silencio
Susurrando cada instante lo que sentía
No le importo su evidente sordera
Susurraba día y noche,
Convencido que sus susurros serian escuchados.
IV
Mágico el encuentro entre el silencio y el viento
Su entrelazar era el abrigo de la noche
Precioso, el fuego que se desprendía
Mientras el silencio recorría al viento.
Narrar al viento en su encierro con el silencio
Es narrar una caminata sobre el sol,
Es tratar de descifrar los sonidos de la alegría,
El placentero grito profundo del viento
En momentos tan solemnes,
Derribaba poco a poco la sordera del silencio.
V
Se han roto los tímpanos del silencio
Por los constantes gritos del viento
Que en su insistencia ha logrado
Las palabras pronunciadas por el silencio
Palabras parcas ante un fuego incontenible