Cuando el aire se despoja del frío
y la natura luce calidez y brisa,
cuando el corazón inquieto palpita
y busca las ondas del amor querido,
cuando el rumor del agua interpreta
su danza cristalina, en caída discreta…
entonces, me dejo llevar por el tiempo
y libero las mariposas de mis labios
en el prado aterciopelado de tu boca;
ellas felices buscan el polen en flor,
liban almíbar del panal de tu lengua
y revolotean, bamboleando al viento.
Es entonces, cuando ansioso, siento
la cálida humedad de la fuente vital
y la mirada de unos ojos sedientos
compartiendo el fecundo manantial.
Entonces, aspiro tu suave aliento
y el beso del aire, miel de azahar.
21 de febrero de 2012
Pau Fleta
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