El paso del tiempo en sombras fatales
En su bello rostro en surcos mortales
Obstinados cauces quieren resaltar
en signos precoces de cruel declinar
Pero aún conserva su hermosa sonrisa
Y sus ojos claros titilan sin prisa
Y en pujantes rayos todavía alcanzan
Si a mi alma inquieta con saña se lanzan
No importa el encono rebelde y violento
Del tiempo mezquino que busca lamentos
El rostro que fuera de un claro esplendor
Aún luce belleza de un raro primor.