Y se quedo ausente,
En el umbral de aquella casa,
Mirando el pasar de los segundo,
Minutos, los días y los años.
La ausencia lleno de vacíos, su alma entera,
Y las lluvias cristalinas,
Empañaron sus ojos de arcoíris,
y los llenaron de ausencias.
Los veranos pasaron,
Como imágenes titilantes,
No alcanzaron a entibiar, sus huesos fríos,
Y los ecos aun retumban en su mente.
La gente la miraba y se alejaba,
Porque ella ya estaba ausente,
Y la llamaron loca, pues no comprendieron,
Su desolacion, ni su dolor.
La llamaron loca, porque aun,
Baila con el fantasma de su recuerdo,
Y le ama como ayer, la llamaron loca,
Porque su mirada ya no volvió a sonreír.
Se volvió gris, como toda su esencia,
Abandonando, hasta el jardín de los sueños,
Esperado, que él volviera algún día,
Y trajera de vuelta, la sonrisa de su mirada.
Junto a la cordura de su alma,
Y alejara completamente,
La ausencia que ahora, a ella la cobijaba,
Pero no fue así…
Ahora ella solo espera, en el umbral,
De la que un día, fuera vuestra casa,
A aquel, que un día se marcho
Y se llevo con él, su corazón.