Tú, la que lejos se me ha ido,
Compárate cual paloma que retorna a su nido;
¡No! Yo no sufro tu partida, tú vas en busca de un destino,
Si sufro aunque no quisiera, porque no te olvido.
Por más distancia que alcances,
Y vayas abriendo caminos, mira hacia atrás y piensa;
Que me dejaste tan solo con un corazón sufrido,
Y el alma desesperada cual la de un pájaro herido.
Si un día puedes volver, en silencio te lo pido,
Aunque no lloro tu partida, pero quiero estar contigo;
Y aplicarnos las palabras que te dicen al casarte,
Que vivan felices y juntos, hasta que la muerte los separe.
Aquí estoy, en el mismo sitio, donde estaba al marcharte,
Yo no creo que no recuerdes, el mismo que abandonaste;
Mas si con amor regresas tal cual la paloma triste,
Te voy a tender mis brazos, y a la vida sonreírle.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita