En esta estrofa lloro y muero
ermitaño es el corazon que gime
y la sangre roba los latidos
absueltos de total decoro.
Recorrer este cuerpo incipiente
amalgama de tribulaciones
no se cansa este cuerpo de la resistencia
no sucumbe no se niega
obstinado a tal indulgencia
el suspiro de mis ilusiones.
En esta estrofa se escapa
vehemente mi silencio
adulador de presunciones
y de abatimientos
es este holgado corazón
refugio de olvidados aquelarres
que se infunden con el viento
en la levedad de este eterno sufrimiento.
En esta súbita poesía
me consume la voraz decadencia
de mi alma
y en su fan de verse en ruinas
la voz entrecortada me acompaña
en esta estrofa que camina
sin ver la huella que derrama
el ermitaño corazon declina
sin olvidar la sonrisa del mañana.