Beber de tus manos la savia
quiero, y empaparme de ti, mujer
sabia, con tus conocimientos,
en el arte, del amorío eterno…
Savia de vida, es la que desbordas,
de tu mente sabia, que atesora,
la magia de tu persona libre,
cual golondrina, surca el cielo.
Dame tu savia, mujer sabia,
para crecer con tu alimento
y tus labios sean, el cordón umbilical
de pensares, que germinan en tu cuerpo.
Sabia, mujer, que pregonas,
la virtud en tus andares,
donde emerge la planta
y vierte la savia de tu corazón…
De ese sabio corazón errante,
que por alcanzarte se desvive
y nutrirse, de la savia santa,
que te moja cual llovizna.
Dame tu savia, mujer sabia,
esa que yace en nubes rosas,
cuajadas en tardes lluviosas,
pintadas de color añil…