felix1.618

La yegua y el preso.

El vapor de las nubes no era tan libre

Como sus violentas y blancas crines.

 

Él estaba encerrado en una celda de hierba,

Pasto interminable para sus quimeras.

 

A través de los barrotes de paja

El preso la veía pastar.

 

La libertad de aquella alba yegua era vieja,

Como el busto de deidades ya muertas.

 

Inútil, como el cautiverio del preso.

Nadie más que el, sabia de todo aquello.

 

Cada llegada del ángelus, asomaba al establo

La luz naranja y negra del astro, y sus rayos.

 

No sabía más que de en la puesta de aquel sol,

Subirla encabritada para ajustarle las cuentas a Dios.

 

Nunca subiría la cabalgadura encabritada por la cuesta

Del ocaso, sin vadear antes de la cárcel hacia la vega.

 

 Al preso se le quitaron las ganas de luchas

Y busco entre las pajas cualquier excusa.

 

La bestia pura, se fue más lejos que las verjas.

El preso, pobre preso, se pego un tiro, entre las cejas.  

 

La yegua fue libre,

El preso, fiambre,

Y del Dios del hambre,

Que se ocupe la virgen.