Venía caminando con paso apresurado
Se acercaba la hora cero de publicar un poema
Pero me detuve en un evento
En el que mi nostalgia me trajo tu recuerdo.
Era el Vía Crucis, propio de estas fechas.
Personas, todas mayores iban de casa en casa
Con un parlante y con velas en la mano.
Pero la evocación de tu presencia
Que hoy, no está más mi viejita,
Me apachurra el alma y te pienso
Y te veo en la multitud
Con tu paso centenario
Con tu rosario entre las manos
Con tu fe hecha milagro de vivir
Con tu memoria de siglos de amor,
de ese amor que solo sabe de entrega,
. De esfuerzo y sacrificio
Dándole lo mejor de ti a la historia
Esa historia que se escribe de casa en casa
Bordando con el viento las caricias
Elaborando de la nada el pan de cada día.
Y me veo en la cocina de tu casa,
En un fogón de carbón
Preparando el café que habías tostado y molido
Ese café con sabor a ternura
Que nunca más volveré a probar
Con aroma de hogar encendido
Donde la pobreza unía la dignidad y el sacrificio.
Mi viejita linda, años de ternura que me regalaste
Sin ser mi madre, sin ser mi nana
Eras y eres para mí, esa suegra a la que amamos
Con el alma, con la gratitud
y la eternizamos en un hermoso recuerdo…
Las voces del Vía crucis se alejaron
Pero tu esencia invadió mi teclado.