Cada vez la luz atraviesa mi ventana
observo la soledad.
Me acompaña y pregunto: ¿es justo?
teniéndote en la clandestinidad,
sabes, eres el sentido de mi vivir.
En ocasiones y sin pensar
trato de olvidar lo que eres:
solo un compañero de momento.
bajo la mirada de muchos incrédulos a mi alrededor
ven a la señora de frente erguida,
aquella se atrevió a vivir.
La juventud desprendida de tus manos
bordean el contorno de mis años.
Sólo un espejismo ante el más allá
del quiera ver.
Y tú que siempre te das a mi juego de los cuerpos
eclipses sonrojados esculpen la prolongación de las almas atadas al deseo,
deseas mostrarme antes las estrellas
tiernas vigilantes del ensueño de tus anhelos
hoy estás conmigo
me niego a llevarte a la luz.
es mejor permanecer en la penumbra
de nuestra constelación.