El mar, complice ajeno del crimen más oscuro
Devuelve respiros muertos
Y desesperado se ahoga.
He visto.
Aves gigantes volar en mi cielo
Hacia el río más profundo.
Tuve miedo. Desaparecieron.
Y decidí recordar sus caras
Y decidí no olvidar sus alas.
Libres surcan cielos inmaculados
alas anestesiadas de muerte.
Vidas sin pies caminan en los abismos
de una suerte que sangra de culpa.
Se van sin sentir el viento
desnudos ojos sin rostros,
viajan sin equipaje y sin alba
temblorosos fantasmas en vuelo
aliento robado a la historia,
trasladadas sombras
de nombres transparentes.
Los ojos se cierran, la arena se quema,
Sombras de muerte, muerte de Sombras
el río se espanta, se cortan sus venas
mientras se cierran las alas
y queda la memoria,
queda la MEMORIA.
El olvido tira sueños para abajo,
niega sus trozos, arrojados al río.
Es el día en que la vida es un hilo ocultado,
desaparecen las estrellas por ser testigos,
muere la luna por tener mirada y por estar
demasiado lejos.
Triste se va la plaza en el día sin los silencios,
se llenará de blanco, se llenará de llanto,
de fantasmas sin abrigo, de cruces sin camino,
de nombres de asesinos.
De gritos.
Es el día en que un vuelo hará todo el ruido.
Y llenará el mundo la Verdad de la Historia.
Ganará la MEMORIA, siempre la memoria.