Andres Zaabat

Soneto Baudeleriano

¿Acaso, Dios libertino, oíste

alguna vez al Demonio, llorando

en mis oídos sus blasfemias tristes,

dibujando sus dedos en mi cuello?

 

¿Viste Tú sus Ángeles al acecho,

con hoces que intimidaban la huída

del recuerdo, con ardientes piedras que

no extinguían y avivaban el fuego?

 

No, Tú jugabas con los versos tristes

que lloraban mi llanto, Tú contabas

lágrimas y lamentos, esperando.

 

¿Qué esperabas? ¡Oh Dios, cuánto contaste!

¿Debo agradecerte a ti devolverla,

o al Demonio por no haberla olvidado?