Jesús Lantigua

CUANDO TE IMAGINO…

 

 

Hoy que no estás, ya no hay nada…

 

tu silencio me aprisiona;

 

te sueño sin la persona…

 

¡Vuelves tan enamorada!

 

Se crece en mí, la alborada

 

precoz del instante aquel,

 

cuando en un visual bajel

 

mis ambiciones prolijas,

 

se fueron por las rendijas

 

de tus pupilas de miel.

 

 

Después me pierdo en la fruta

 

de mi boca preferida,

 

cautivo de la mordida,

 

de la lengua que disfruta.

 

Viajo a tu alma impoluta

 

donde viví mil excesos.

 

Libero todos los presos

 

sentimientos del placer

 

y poco a poco, al volver,

 

me despierto sin tus besos.