Diaz Valero Alejandro José

La niña que no podía ver las estrellas (1/10)

CAPÍTULO 1. Un extraño habitante


Esto ocurrió en una ciudad llamada Estreciel. Era una ciudad metrópolis donde la civilización había hecho grandes avances. Una de sus cualidades era que por estar ubicada en una zona despejada, podía contemplarse el cielo estrellado con mucha facilidad.

 

Luz Marina era una niña que había nacido en Estreciel, y como cosa curiosa no tenía la dicha de todos los “Estrecieleños” de poder contemplar las estrellas. Todos ellos, desde los más pequeños hasta los más viejos conocían cada una de las constelaciones, y podían diferenciar sin esfuerzos unas estrellas de otras.

 

Luz Marina no era ciega, era una niña normal, cuya diversión mayor era contemplar el cielo en las noches. Ella estaba a conciencia de que había nacido con un problema, un extraño problema que le impedía ver las estrellas, a pesar de tener sus dos ojos en perfecto estado.

 

Sus padres la llevaron a médicos especialistas y ninguno de ellos había detectado problemas en su visión. Todos concluían que sus ojos estaban en perfecto estado… Aún así, ella seguía sin ver las estrellas.

 

Luz Marina, se abochornaba cuando los niños en cada mañana comentaban sobre el espectáculo estrellado de la noche anterior, pues ella no tenía nada que contar. Solo intervenía hablando de la luna, de los satélites y de los otros planetas a los cuales sí podía ver con mucha facilidad.

 

La vida de Luz Marina transcurría con muchos contratiempos al ser el único habitante de la ciudad de Estreciel que no podía ver las estrellas, el extraño habitante que viviendo entre tantas estrellas, no podía contemplarlas.

 

Luz Marina triste vivía

en su mundo sin estrellas

solo su alma refulgía,

por el deseo de verlas.


Continuará...