La niña la noche abraza
y toda su alegría se presume;
hace con la luna una hamaca
y duerme feliz entre las nubes.
La niña duerme descalza
y hasta se ha puesto su pijama;
al tener la luna como hamaca
ya no necesita tener cama.
La niña y la luna son amigas
y juntas van mientras la noche avanza;
todo aquel que al cielo mira
verá a la niña en su hamaca.
Alejandro J. Díaz Valero