¡Capitán y marinero
puede ser, por su belleza!.
y por su salero...
Escorada de babor,
prendida está su mano,
del timón.
A estribor, su rojo pelo,
cae a la deriva.
En la proa, su mirada,
se inclina hacia la borda,
con su dulce mirar.
Y hacia popa,
se le ven los ojos,
azules como el mar.
La niña de mis ojos,
navega por los mares,
con rumbo cierto
y sin temores.
¡Capitán y marinero
puede ser, por su belleza!.
y por su salero...
J.Plou