Nada como los besos
fascinantes de tu boca.
Nada como el misterio
de tu mirada tentadora.
Me robas un te quiero
y luego te sonrojas.
Me dejas sin aliento
y después me amas toda.
Nada como el silencio
ardiente como tu sombra.
Nada como el recuerdo
de tu alma soñadora.
Me piensas y te pienso...
entre la gente que está sola.
Nada se compara a tu sonrisa
que me acompaña a cada hora.