Me sabes al silencio que envuelve las colinas
y en las aguas cristalinas crea un remanso de paz,
me sabes al verde susurrante de la hierba
y al perfume de la tierra tras la lluvia tropical.
Me sabes al encanto misterioso de los atardeceres
y a los intensos placeres escondidos hoy de mi,
me sabes a cometas agitadas por el viento
y a un tierno firmamento al que no le encuentro fin.
Me sabes al abrazo cadencioso de la música
y a la rústica grandeza de la leña por arder,
me sabes a espejismos realizados en la arena
porque batiendo penas nos animamos a creer.
Me sabes al calor de un verso enamorado
y a un deseo acumulado en los luceros de la tarde,
me sabes a dulzura de un hogar en pleno invierno
y a bandadas de palomas sueltas por el aire.
Me sabes al amor que despierta a las campanas
y a ilusiones hermanas sobre el cielo celeste,
me sabes al antojo de naranja y chocolate
y a un sueño que late entre las nubes por tenerte.