Cada día al despertar
soy invencible,
soy inmortal,
soy el mejor.
Soy el maestro de los sabios,
tengo el valor de un semidiós,
nada me detiene,
a nada tengo temor.
Pero cuando anochece
vuelvo a ser mortal,
vulnerable y confundido,
como siempre he sido,
pues no te tengo,
pues me haces falta.