Mi lápiz un poco desgastado por el paso de los tiempos,
escribiendo con mi mano temblorosa a cada momento
Ella escribe durante la noche, como si quisiera arrancase de mi brazo.
Escribe todo lo que se le antoja, todo en lo que que se le place,
ocupando cualquier espacio en blanco...
Cuando no hay más papel sobre la mesa comienza a escribir en las paredes,
en las puertas, en las ventanas, en las sillas, en los tableros, en el baño,
sobre el techo, en los arboles, en el suelo. En infinitos lugares.
Finalmente el lápiz se desgasta, pero queda mucho por escribir...
La mano ya cansada al amanecer regresa mi brazo...
Y cuando intento leer algo de lo que ella ha escrito...
Empuña un arma que esta sobre mi escritorio, la lleva rápidamente hasta
la sien, y dispara.
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