Anoche el cielo,
se hundía en tus ojos
la pálida luna,
moría en silencio por celos
como dos borrachos de amor,
descifrando el cielo
las estrellas caían,
una a una a los pozos.
Nuestras manos dormían,
en verbo amoroso,
la arena expandía su espacio;
en los cuerpos, las manos, los labios;
en las calles, las nubes, los pasos.
Y escondían las huellas,
enterraban cerrojos,
pero no a ti, ni a nuestros ósculos
Vuelvo a la luna sin alas
por parajes oscuros,
vuelve pequeña
por los mares que callan,
la espuma envuelve
los agrietados muros
y las olas sumergen
de los hombres las balas.
Las almas recitan
canciones en flautas,
la noche el suelo
cubría en rastrojos,
violentos tus labios
me besan y atan,
anoche el cielo
se hundía en tus ojos.
Alberto ®
Amar IS
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