INDEBIDAMENTE
Indebidamente,
rompieron todos los ejes
del universo, desmoronando
aquella montaña de visitantes
soñolientos, cuando una gota
de hielo cayo a mi pecho,
temblando mi cuerpo,
lanzando un suspiro,
derrumbando las aves del
cielo…
Rosas negras, espinas rojas,
tallos tristes de besos lejanos,
llevaba en mi mano rosas a
tu jardín oscuro, de sombras
danzando a media noche.
Indebidamente,
quebraste mi yugo,
marchitándose aquella voz
de susurro a mi corazón,
por un instante callé la
felicidad, porque era absurdo
mirar más allá…
Rayos entre las nubes,
buscan oscuridad, de
aquel planeta radiante que
su luz ni supo brillar;
cayo a mi suelo esa estrella
fugaz, cansada de pasar y
pasar, en letras insignificantes
me dijo: ¿Cuál es tu deseo?
Indebidamente,
la piel escribió con mis
venas, aquella ilusión de
deseo inalcanzable y sueños
de humos, borrada por el
suspiro nostálgico de la
esperanza desmoronada en
aquella calle, dónde ella
regaba su jardín de aromas
ricuentes, calladas en mi
pulmón, donde respiro
fragancia de mi sangre que
no te supo llamar…
Sueños de humos.
Indebidamente, soñaron felicidad,
rosas rojas.
Indebidamente plantadas para
luego olvidar,
aquella lluvia de matorral,
hicieron de mi cuerpo una tumba
de amor y rosas negras que la luz
no supo disipar.
Autor: José Monnin el poeta
Del libro: Tu poema entre las sombras
Del mismo autor.
Limpio-Paraguay