Pobre paquidermo,
no para de sufrir,
se le perdió su cuaderno
y ahora no puede escribir.
Pobrecito el elefante
verlo me desconsuela,
era más feliz antes,
cuando iba a la escuela.
Ya no llores paquidermo
ya no sufras elefante
en mi casa hay un cuaderno
que yo quiero regalarte.
Quiero verte sonreído
amiguito paquidermo,
quiero verte instruido
cuando vengas del colegio.
Alejandro J. Díaz Valero