Una estrella, un deseo
y apareciste en mi vida
cabalgando sobre una
nube de alegría,
una estrella, un deseo
e inundaste mi alma
de contagioso verbo de amor,
una estrella, un deseo
y de inmediato mi existencia
cambio para siempre,
más allá de la imaginación,
más allá de placeres terrenales,
más allá del corazón.
Una estrella, un deseo
y la ternura de tu alma
hizo estremecer mi
entendimiento y mi razón de vivir,
en cada instante, en cada gota
de lluvia al caer sobre la
tempestad de mis sentimientos,
una estrella, un deseo
y me deje llevar de la mano
por el amor que irradia tu
sola presencia,
en conjunción con el aroma
que se desprende de tu espíritu.
Una estrella, un deseo
y no importa el largo camino
de debo recorrer,
para encontrarte,
para hacerte reír,
para llorarte cuando no estás,
para amarte en cada poro
de tu delicada piel,
para cobijarme del frío
bajo tu ardiente cuerpo,
para amarte más allá del tiempo,
una estrella, un deseo
y te encontré,
¡oh! mujer de mi vida…
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Carlos Dos Santos Daniel