En la agónica eternidad de una espera común, se percata progresivamente el estático personaje. Casi lo logra y ante tan heroico intento de interpretación, súbitamente, cae resignado en la incertidumbre de mirar el paso en reversa, en retrospectiva. Pero no se detiene. Sus agudísimos sentidos ante tal exigencia no decaen, ni lo abandonan, pero aun así no conquista el real reflejo de aquel acaecer.