Cuando me siento a leer,
con el debido tiempo,
veo un gran espectro
de vivencias e ilusiones...
Hijas que sufren
por lejanos amores,
o de esos...
que ni saben de flores...
Amigas que como en un déyà vu
vuelven a sentir el amor
por ese que una vez partió,
como si nunca se hubiese se ido...
Los que hablan de muerte,
más que de la propia vida,
simulando que es solo poesía,
ese dolor que llevan dentro...
Los combativos, insurrectos,
que por la libertad dan todo,
que no le temen al demonio,
y van al frente sin miedo.
Las mamás de todos,
que animan y aconsejan,
elevando la queja,
si ven un malatrato artero...
La que busca su color,
en medio de la negrura,
que no da su brazo a torcer,
por más que la quieran convencer,
que es una quimera absurda...