Con signos de la vida escrito en el cuerpo,
rastro visible de nuestros hechos,
el tiempo se desliza , cae la noche,
se buscan las voces de los nuestros.
Sólo basta que estemos dispuestos,
te metas en su piel, vibres con ellos ,
justifiques la tristeza, todas las lágrimas,
acojas la esperanza , la hagas tuya.
La ternura guardada borda los sueños,
la risa de los tuyos busca su espacio,
reparten el amor, lo hacen presencia
que emerge y convoca para el encuentro.
Amanda Ackermann
Amy