Infiltrándome en la medula del viaje
Dejo atrás el apogeo de lo que seguirá correspondiendo
A mi mejor momento,
Y me apoyo ligeramente en el ocular caudal
Que me lanza hacia la estelar sensorialidad
Erizada de presenciaciones.
Arponeo Extasiado el tendido lenguaje de las nubes,
Intentando conmover el <<exorbitante>> cenit,
Para poder saltar desde el borde libre de mi corazón
Al seno abierto de una contorsión celeste.
Vaya forma de prepararme para la umbralificacion,
De tejer la vulnerable armadura de mi exquisita paciencia…
He allí el universal ombligo prendido de la vicisitud,
Es como flotar inmerso en una alfombra de escarchadas contrariedades,
Es como desvanecerse de la sublime cordura:
Cuanto puede llegar a esperar de quien pretendo Amar.
Durmiendo la confesión de haberme soñado en el primer peldaño
Me sereno,
Y pienso lo mismo que insistir exhalar
El humano aroma del presentimiento,
El Solar ascenso al paradigmático daño.
Niña Luz
Puño de la estrella,
Filo de tu lengua.
Por tu voz la llamada;
Síntesis angustiosa de lo inesperado.
Si hablabas de la seriedad
Porque arrojaste sobre mi atención
Las redes del pasado.
Si habías previsto pasar luego
Por el mismo rumbo,
Porque sembraste el énfasis de la contradicción
En el inaudito campo de la espera.