Ella va moribunda por el daño
que ese cáncer del hombre le provoca
y le extingue la vida cuando toca
con letal polución algún peldaño.
Si se muere se lleva su rebaño;
su futuro nefasto desemboca:
desolado planeta de agua y roca
por cenizas surgidas del engaño.
El efecto letal de lluvia ácida:
pulmonía de bosques sin respiro,
y de ríos, leucemia que envenena.
Madre naturaleza luce flácida
por el hombre sediento cual vampiro
que desangra a su víctima sin pena.
Copyright © 2011 José Luis Calderón