Mis celos se están riendo de mí ahora mismo,
disfrutan su soltería y hacen fiestas
que les dejan unas ojeras marcadas
y duermen tranquilamente durante todo el día
aún cuando suenen taladrantes a cada paso
los tacones de tus zapatillas.
Presumen de valientes porque
mi cuerpo ya no hace ebullición
si te veo con otros,
cada vez que te abrazan
y ríes con los demás
les da por pensar a que se dedicaran ahora.
Yo pienso que no hay prisa en que
encuentren un nuevo trabajo,
mi corazón y mi alma apoyan
mi condescendencia porque siempre
son ellos los mas afectados
por los desvelos y desgastes
que les ocasiono cuando quiero a alguien de más.
Hoy por la mañana descansaban
en la hamaca de tus pestañas
y ni con tus parpadeos
pudieron caerse,
al abrir y cerrar tus ojos
los mecías inconscientemente
y se sentían más relajados.
Siempre respete el freno
que les ponías cuando decías que yo no era
nada ni nadie para sentirlos.
Ojalá pudieras verlos como siempre
quisiste que fueran,
pasivos e inconscientes,
como si no existieran.