No es cuestión de caridad,
o hacerse el desentendido,
que si no lo ha comprendido,
yo le aclaro la verdad.
Si actuando en libertad,
su pensar lo ha decidido,
y allanando en prohibido,
se impone a su voluntad…
Pensar en la realidad,
basado en lo permitido,
es querer con el olvido,
enterrar la libertad.
Si ha de hablar con la verdad,
vaya acercando el oído,
su interés me es requerido,
guardando privacidad.
Pruébeme su lealtad,
en semblante decidido,
que el hablar desprevenido,
coarta la libertad.
Cuando en su autenticidad,
sin querer haya ofendido,
a quien por ahí ha oído,
compeler la iniquidad.
Muestre usted tranquilidad,
aunque hable como bandido,
en éste mundo perdido,
se guarda serenidad.
No es hablar en orfandad,
ni procurando hacer ruido,
si al final el contenido,
no se torna en seriedad.
Es mostrar sinceridad,
en decir comprometido,
que todo lo sostenido,
debe amparar la verdad.
Y en solaz tranquilidad,
de acuerdo a lo comprendido,
el pensamiento surgido,
meditar en soledad.
Si el honor o vanidad,
a la cita han acudido,
es por ellos bien sabido,
hablar con sinceridad.
Demostrar honestidad,
al hablar es requerido,
dando a todo su sentido,
sin llamar la terquedad.
Y con tal seguridad,
que nada sea aburrido,
manteniendo el cuerpo erguido,
y elocuente voluntad.
Nada de frivolidad,
en el hablar contenido,
ser preciso y resumido,
desdeñando libertad.
Llame usted la austeridad,
ponga cara de afligido,
con ademán compungido,
tendrá credibilidad.
Pinte la realidad,
tal cual ellos lo han querido,
el camino concebido,
conduce a credulidad.
Dele al pueblo libertad,
para sentirse querido,
por discurso protegido,
ganará seguridad…
Hable usted con claridad,
sobre pasado sufrido,
éste tema es preferido,
y siempre suena a verdad.
Cuando vea en claridad,
que su discurso ha vendido,
que lo tiene convencido,
muestre solidaridad.
Revistiendo la verdad,
dese usted por bien servido,
que entre osado y atrevido
ganó en popularidad…