Pesadas cadenas quisieron callarte
Con látigos el esfuerzo siguió , desterrado en la tierra del nunca jamás
Aquellos moradores que buscan tu faz,
Oh! que belleza tan indescriptible
Prometida venida, como luciérnaga en la noche que alumbras mi vida
Me ciegas, me animas, con el suave aroma de revolución
Creas en ellos la desesperación, de levantarse y servir a tu creador,
Enormes bandeabas de huestes celestiales desplegadas con una luz infinita
Tu color, tu mirada es tan penetrante que me llega sin verla
Tu voz suena en mi cada instante, sin escucharla.
Abarcas mas haya de mi, si tan solo supieran que ya estabas aquí!
Dejarían sus vidas y las entregarían para ti!
Y en cada inhóspito rincón de la tierra sembrarían bellas flores de semillas diversas
Y anunciarían que llego el fin!
El fin de los pre-juicios, del racismo, el fin de la desunión,
Y con gran elocuencia abrazarían tu fe, en una sola única y universal
Cada segundo de mi vida no vale de nada si no es para encaminar a esta causa.
Causa que no solo es inevitable si no inquebrantable,
Con los nuevos seres santos que darán día y noche por levantar la faz...