Sandra, mi sueño de amor,
deja que te entregue mis ya agotados años,
todos los latidos de mis sueños,
el calor que hay en mi poesía,
estos ojos que hoy te miran
y a mis cansados, vagabundos, pies.
Déjame te entrego a mi vida entera,
sé mi musa, el mejor de mis poemas,
no seas más quimera.
Abrázame muy fuerte, penétrate en mi piel.
Entrégame tus tan amadas manos,
tus lunares, tus veranos,
y a tu vida en libertad.
Enséñame a vivir entre tu pelo,
en tus hombros y en tu ser.
Acerca tus lunares a mis labios,
permite que los cuente uno a uno.
Regálame el rubor de tus mejillas,
acepta amarme tanto como yo.
¿Será todavía necesaria, hará falta que te haga…
una declaración de Amor?
© Armando Cano.