Fuiste ave, que abre sus alas
para entregar su vuelo, su amar
y descubrir: su alma en el azulado telar,
que se despoja en el camino
que se entrega sin cesar
sintiendo en cuerpo y alma
los susurros del amar…
Contemplando, acariciando mi faz…
con el deseo de tus encantos,
con el deseo en tu mirar,
que me lleva a los cielos
que me hace delirar,
al plasmar nuestros anhelos
en las suaves olas de tu inmenso mar
que bañan sin cansancio
los áridos deseos de mi piel
que se posan en tus encantos
para probar de tus pétalos la miel
cual mágico elixiger
que cautivan mi alma…
y que funden parte de ti en mi piel.
Remlid