Mañana oscura a orillas del sol y en tu mirada, voces de terror. Nubes de cristal, camas de algodón, lluvia es la distancia de dos almas de cartón.
Llaves y enrejados para la alucinación, miles de candados para mi imaginación. Tenues son las luces que domina la ficción y tan iluso el deseo de estar cuerdo en mi prisión.
Juegos demenciales y otro día que empezó (mucho ida y vuelta para tan profundo amor). Llueve sin llover, y es tan débil la razón que aún sigue mojada suplicando inspiración.
No es tarde ni temprano en mi interior. Sólo te extraño en silencio, y el silencio enmudeció. Infiernos y ternura envuelven tu habitación...hoy tu mente esta conmigo, y conmigo se durmió.
Ves que ni es un juego ni diversión, ni es un sueño ni caprichos de un celoso corazón. No es mentira ni verdad, ni perdón; ni manía o vanidad, ni mañana, ayer, u hoy.
¿Qué es entonces? Explicame por favor. Carezco de sabiduría y necesito una razón. "¡Ya no quiero saberlo!", grita mi contradicción. La lluvia sigue mojando siempre, a orillas de tu sol.