No solo pude ver tu silueta que caminaba hacia mí. También pude ver tu alma que brillaba, tu alma que me dio la luz y que puso en mí la fe, después de tanto dolor me diste el descanso, pude vivir y pude soñar.
No solo pude ver tu silueta que camina hacia mí. También mire tus ojos fijamente y me dijeron que podía vivir en ellos, y yo viví.
No solo pude ver tu silueta que camina hacia mí. También saboree la miel de tus besos que tocaron mi espíritu y le dieron vida, y la ternura recorrió por mi cuerpo que lloré con alegría por poder tocar tus labios.
No solo pude ver tu silueta que caminaba hacia mí. También toque tus manos cuando acariciabas mi rostro, que estremecieron cada parte de mi cuerpo que ya estaba muerto.
No solo pude ver tu silueta que caminaba hacia mí. Pude sentir la vida misma que derramaste cuando a mi llamar acudiste sin reproche, y te pude amar aunque tú no lo sabías.
J. Echeguren
Un jueves por la tarde…
Marzo, 2012.
© Todos los derechos reservados Jorge Echeguren Escobar, 2012.