Más acciones y menos palabras de amor
es lo que me pide tu cuerpo al acercarse,
al dejarse llevar por el más libidinoso apretón
que causa más descontrol al iniciarse.
Tus sensaciones y tus gestos imperdibles
voy experimentando con tanto agrado
y en cada goce de tu cuerpo susceptible
concibo al paraíso de tus deseos acallados.
Me miras deseosa e impulsada por el placer
te posas encima haciéndome sentir tu deseo,
suspirando con las delicias de tu ser
me encuentro preso de tus ardientes tambaleos.
Chocan tu pecho con el mío en un instante
llevados por nuestros besos melosos
te voy devorando como fiera punzante
hasta llevarte a la cresta de lo impetuoso.
Mis manos se aventuran en tu dorso,
seguidamente, rozan tus pasajes secretos,
acarician con delicadeza tu rostro
y vuelven a estar en tus caderas, sujetos.
Tu cuerpo ya está sudoso de tanto amar,
pero no consiente una leve quietud
y llevado por tus deseos vuelve a empezar
con más lujuria y mucho más inquietud.
Aprovecho cada momento para poseerte
haciéndote el amor sin imaginaciones
una vez y muchas veces más al recorrerte
llevado por tus más gustosas reacciones.