Contigo en la naciente del afecto
Pienso el beso que late aun en mis labios,
Mas vivo que cualquier distancia,
Mas dulce que la historia,
Mas dulce que la historia que jamás podrá encerrarle.
En la paralelidad de nuestras vidas
Trinan torbellinos y se encabritan los <<Pegasos>>.
Cabalgan todavía desenfrenadas las dudas,
Enloquecen confiados los recuerdos,
Y se deslíe irresistiblemente la luz del momento.
Imposibles ala postrera reunión de cuanto fue posible,
Vueltos como anemonas en el mar de emociones;
Floreciendo desde las entrañas con la sensación a cuestas
Pidiendo de la Verdad un refugio que se parezca al día.
Sobre la ola de la desesperación
Se me desvanecen las inatables crestas de tu alivio.
Bajo las manos de la contención
Revienta inaguantable el colmo en un delirio.
Desplazados los verbos,
Contigo desplazando tu lengua a una oración sanjante,
Distingo en un rasgo proveniente de los cielos
La coalescencia demudada de cien mil puntas semejantes.
Hebras sueltas,
Desfiladeros bucales,
Ansias de la fuente.
Con la mordedura disuelta en la templanza,
Retengo instintado el impulso….
Pulso eclosionantes los aires
Arrebatadores convulsivos de mi pecho, y los asfixio.
Veo mis ojos en el intenso augusto que me mira, que me come;
Leo en tus dilataciones el universo que pupila, que te absorbe.