Son las diez
y no tengo sueño,
pero de una vez
tengo que hacerlo.
La noche se presenta,
todo está en calma;
y yo dando vueltas
todavía en la cama.
Debo dormir
de buena manera,
para poder ir
bien a la escuela.
Ya son la diez
vuelvo y repito…
me dormiré
con mi angelito.
Alejandro J. Díaz Valero