El eco de tu nombre retumba
como tambor y trueno, en la
amplia soledad de la noche.
Opaca y marchita tan solo
iluminda con los ojos de la luna
se muere seca y sola la flor
de el olvido.
Y yo recuerdo como el mar
es eterno como el olvido
no dolia como el viento cantaba
atraves de tus labio y tu piel temerosa
me amaba yo recuerdo como las gotas
nos alimentaban.
Pero que triste mente se escucha ahora
el eco de el olvido.
Duele el no tenerte duele
el amarte dueles como espiga
de rosa duele el no tenerte.