Cuando se va un amor
dejando maltrecho el corazón,
llorar no debemos,
si nos abandonó, no nos amaba.
Ante tal realidad
obligados estamos, a encontrar
ungüentos del olvido.
Amasados con agua de otro querer
untándolos en nuestra alma.
Con tibios fomentos, y masajes de ternura.
Dados con manos de nuevo cariño,
cubriendo las nostalgias dejadas.
Olvidando
a quien nos ha herido.
bambam