La noche llora tu desgracia,
de haber perecido, bajo
la mirada, de la luna
y el sol, que te cobijaba.
El tiempo ha dejado huellas,
en tu piel hermosa, donde
convergen tu selva y tus lagos.
Ruinas benditas, llenas de historia,
son las que habitan, ahora mi memoria,
con el esplendor, de tus esculturas
y tus edificios, impregnados de arte.
Son tus figuras bellos retratos,
que explican tu mundo, con garabatos,
tatuados con tinta, de un hermoso llanto,
tal vez de la sangre, derramada por el tiempo.
Son tus templos y tus ciudades,
recintos hermosos, de culto a la gloria.
ahora la historia, ya llega a su ocaso,
al revelar tu cuerpo, que yace durmiendo.
En tu cuerpo llevas, tiernas letanías,
cuna de reyes, sin hipocresía,
das cobijo al mundo que te visita,
siempre sonriente, luces apuesta.
Tu nombre es PALENQUE, tierra bendita,
te adornan ferviente, estrellas y lunas,
la espesa natura, sus cantos que llueve
y moja tu cuerpo, de niña inocente.