Definitivamente dejaré de sentarme
A la sombra de mi puerta.
Me parece que es hora de dejar de mirar
Las manecillas tan sencillas de mi alarma.
Es hora de no tener condición física y cansarse.
Ya puedo dejar de hacerme el valiente
Y volver a tirarme a llorar con mi almohada llena de recuerdos.
Si ayer no regresaste, esta noche no veo porque has de hacerlo…